La final más desnaturalizada de la historia de la Copa Libertadores se jugará en Madrid. Sí, vaya paradoja, el torneo que hace honor a los próceres latinoamericanos tendrá la definición en el país contra el que se luchó para obtener independencia.
Y es que a partir de 2019 se empezará a emular el modelo de la Champions League en el que el duelo cumbre se juega a un solo partido en territorio “neutral”, con Santiago de Chile como sede.
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La previa del partido
Pero, si se tiene en cuenta todo lo sucedido desde el 24 de noviembre, se puede decir que otro Santiago, pero de apellido Bernabéu, será el campo que sentencie la batalla entre los dos equipos más importantes de Argentina.
En medio del show mediático de la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol) y de los presidentes de los clubes en disputa, Daniel Angelici (Boca Juniors) y Rodolfo D’onofrio (River Plate), la previa se ha presentado más en el poder de los abogados que en la cancha.
Después del 2-2 del 11 de noviembre, nada ha sido cómo se supone que se debe vivir un clásico de tan magna importancia. Y es que el 24, fecha de la vuelta en el Monumental, el bus xeneize fue atacado a piedras por un grupo de hinchas millonarios que no tenían su boleta para ingresar a la fiesta, todo en medio de un paupérrimo operativo de seguridad que provocó la renuncia de Martín Ocampo, ministro de Seguridad de Buenos Aires.
Boca, con todo su buffet, acudió a pedir los tres puntos y, de paso, el título sin tener que jugarlo, basado en el antecedente del incidente del gas pimienta del 14 de mayo de 2015, precisamente en octavos de este torneo contra su rival de siempre. River, con mañas, se defendió para lograr que se juegue.
Finalmente, la Conmebol decidió que el partido tenga lugar, salvando a la Banda Cruzada de la descalificación. No obstante, Alejandro Domínguez, presidente de la rectora suramericana, decidió vender al mejor postor esta histórica final, castigando a River con la pérdida de la localía y a los 66 mil espectadores que, con esfuerzo, consiguieron su boleta y no participaron en los desmanes. Hay que tener en cuenta que los azul y oro jugaron en su estadio solo con su público.
Con todo este contexto, que parece más político que deportivo, y el cual es importante resaltar porque desnaturalizó la histórica definición, el estadio del Real Madrid recibirá el derby número 249 con fanáticos de ambos bandos y muchos españoles curiosos.
¿Cómo llega River?
Desde el 2-2 del primer duelo, River, que oficia de “local”, parece tener más soldados entre algodones: Ignacio Scocco (un desgarro), Juan Fernando Quintero (molestia muscular) y Rodrigo Mora (sinovitis en la cadera). No obstante, contar con Marcelo Gallardo es una garantía que le hace favorito en casas de apuestas como Zamba. No te pierdas nuestra review con toda la información sobre Zamba aquí.
El Millo, que busca su cuarta Libertadores (la última, en 2015), le ha ganado los últimos derbis con trascendencia al Xeneize: semifinales de la Suramericana 2014 (1-0 en el global), octavos de final de la Libertadores en 2015 (iba 1-0 arriba hasta el episodio del gas pimienta) y la Supercopa Argentina de 2018 (2-0 en Mendoza).
Además, su entrenador tiene un récord sumamente positivo en series directas: ha jugado 49 y ha vencido en 41 de ellas, además que en las 12 internacionales que definió como anfitrión, ganó 11. Un técnico que también busca convertirse en el más ganador de la historia del club, con 9 conquistas.
¿Cómo llega Boca?
Al frente estará un elenco con chapa copera. Boca Juniors anhela alcanzar a Independiente como el más ganador de esta competición (el Rojo tiene 7 trofeos) y para eso tiene disponible a todas sus figuras como Darío Benedeto, Pablo Pérez (el más afectado con el episodio del bus) y Carlos Tévez.
El cuadro azul y oro quiere hacer gala de su paternidad ante River (88 victorias, 81 derrotas y 79 empates) en el historial y, de paso, alejar la sequía de 11 años sin obtener el certamen internacional. Aún así, y como ya se expresó, se enfrentará a su bestia negra de los últimos años.
Conclusión
Está tan reñida la situación que, sumado a la igualdad del primer encuentro, el historial de esta rivalidad en campos neutrales es de dos victorias para cada uno y un empate. Los de Gallardo vienen de ser eliminados de la Copa Argentina a manos de Gimnasia (5-4 en penales), elenco al cual vencieron 3-1 por Superliga con toda su suplencia, mientras que los de Guillermo Barros Schelloto llegan entusiasmados por el 0-1 con el que derrotaron a Independiente.
Sin duda, y aunque perdió atractividad por el nefasto papel de los directivos al sacar la final de Suramérica, el Boca-River contiene un encanto que marcará la historia de la Copa Libertadores y que seguramente generará emociones a los millones de los espectadores en el mundo que llevan esperando un mes por esta definición.
Apostar en el River – Boca
Sin duda el Rivar – Boca es un partido de los que uno no se puede perder y nada mejor que darle un poco más de emoción haciendo apuestas online.
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Zamba da como favorito a River, con una cuota de 2,67 para su victoria.
La victoria de los de Boca Junios se paga a 3,15, sin duda una buena cuota visto lo igualado del partido.
Por último, el empate se paga a 2,97. Para ganar esta apuesta, el partido debería quedar empate en los 90 minutos oficiales (más el añadido), pero sin contar posibles tiempos extras ni penales.
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